sábado, 6 de septiembre de 2008

La vida sigue


La canción de Tom Waits tiene algo de despedida. Eso es lo que parece sugerir cuando la escuchas aunque sea, como es el caso en esta web, como banda sonora de algo nuevo. Una de esas despedidas en las que se mezclan sentimientos opuestos que llevan a la confusión de si al decir adiós uno ha de estar contento o todo lo contrario, si la partida lleva el regusto de la satisfacción por lo que se ha vivido o, en el otro extremo, el desengaño de quizá no haber llegado.

Creo que las dos cosas. Pero la vida sigue y todo se acaba. La web seguirá quieta dónde está, para reposo de navegantes que quieran amarrarse un momento, como una diminuta isla fuera de mapas a la que sólo lleguen náufragos y nostálgicos. El blog también (cualquier separación quiero que sea imposible), y será el lugar donde vomitar declaraciones y mensajes, redenciones y pesadillas, propias o ajenas, desde la trinchera, si se quiere, del anonimato, salpicadas en cualquier caso de literatura. Y, por qué no, también para cualquier comentario rezagado de las FORMAS que será muy bienvenido.

Ahora que me consta que el último ejemplar ya ha desaparecido de La Casa del Llibre supongo que todo lo que había por decir ya se ha dicho y que no va a ir más allá, que no habrá reseñas en suplementos de revistas y periódicos ni más presentaciones que la primera, que a pesar de las ganas no se ha podido traspasar esas y otras barreras. Quizá por mi torpeza para las relaciones provechosas que proporcionan rendimientos lucrativos de futuro y mi distanciamiento de círculos literarios y movimientos asociativos (esto es autocrítica). Y a pesar de todo este silencio me quedo con comentarios buenos dichos o escritos, de malos no me ha llegado ninguno (digo no me ha llegado). Cosas como las que aparecen en los comentarios del blog y que hablan de cuentos que sorprenden, enganchan y arrastran, de las descripciones precisas, la capacidad perturbadora y impactante de las historias, abruptos finales que abandonan al lector a su suerte, sintiendo vértigo ante el acantilado, dinamismo intrínseco de los textos y dinamitas poderosas que los vertebran, cuerdas flojas, etc, etc.

Y aunque este texto tenga más de mensaje en una botella que de rueda de prensa, de necrológica que de invitación a una boda, agradezco estos comentarios y todos los que han llegado al blog, y los muchos otros que aunque me han sido transmitidos, no se han escrito, cualquiera que sea el motivo, y respondo a los silencios, con eso mismo, silencio. Y quiero transmitir la satisfacción que me da lo que creo que ha sido la buena acogida de FORMAS DEL RELÁMPAGO, que incluso a mí me ha sorprendido, pero también me desilusiona la certeza de las cosas que pensaba que podían haber pasado y no han sido. Supongo que como los personajes de los cuentos aquí me he quedado, sintiendo vértigo ante el acantilado.

Así que nunca mejor dicho paso página (siempre que no haya un milagro o algo parecido que me haga volver sobre mis pasos) aprovechando que empieza el año y que ya hay un par de proyectos que ya me están rondando demasiado, y que ahora necesitan más empeños que melancolías.

Petons a tots
"Pienso que es bueno que en un relato haya un leve aire de amenaza... Debe haber tensión, una sensación de que algo es inminente"

Raymond Carver

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